Es sabido que Córdoba es una provincia que convive desde hace algunos años con la problemática del agua, a tal punto que algunas zonas se han declarado “zonas de estrés hídrico” o “zonas de crisis hídrica”.
Si bien en los últimos tiempos el trabajo de concientización poco a poco va dando sus frutos, todavía estamos muy lejos de alcanzar el óptimo, en donde se encuentre medianamente equilibrada la ecuación generación/consumo de agua.
El crecimiento demográfico muy por encima de lo normal, la falta de planificación a largo plazo, la escasa protección de las cabeceras de cuenca, el desmedido consumo (de agua y de productos que requieren agua para su producción), son entre otras las causas de la escases hídrica en la región.
Río Ceballos, por medio de su Dirección Municipal de Ambiente, ha creado mediante la Ordenanza 1666/08 su “Reserva Hídrica Natural Municipal Los Manantiales”, la que protege la segunda cuenca en superficie de la región (Luego de la cuenca de la “Reserva Hídrica Natural Parque La Quebrada”).
De esta manera, Río Ceballos tiene casi 5.500 hectáreas protegidas, que abarcan la totalidad de la superficie de pastizales de altura, arbustal y gran parte de los bosques serranos.
En Diciembre de 2010 la Municipalidad firmó un convenio con la Secretaría de Ambiente de la Provincia de Córdoba para hacerse cargo del control de las actividades de los visitantes en el sector de uso público de la Reserva La Quebrada, el cual permitió la inclusión de 9 guardambientes en las zonas más sensibles y el recorrido de los inspectores ambientales realizando tareas preventivas y actuaciones en caso necesario.
El agua en Río Ceballos hoy
Recientemente se puso en funcionamiento el acueducto que provee agua a Unquillo y Mendiolaza desde la planta potabilizadora de La Calera. Esto supone una sensible disminución en el consumo del agua del Embalse La Quebrada, que debería representarse en una desaceleración en la bajante del mismo.
La realidad indica otra cosa. El dique sigue bajando su nivel y en la actualidad se encuentra en una cota negativa histórica para un mes de Mayo con casi 10 metros por debajo de su cota máxima.
Esto se debe principalmente a que en la temporada de lluvias (verano) apenas cayeron unos pocos milímetros en las cabeceras de cuenca que alimentan al embalse, muy lejos del promedio de precipitaciones previstas para la época.
Estamos cerca de entrar al invierno donde se acentúa la sequía ya que disminuyen aún más las precipitaciones y por otro lado aumenta el peligro de incendios en detrimento de la frágil cobertura vegetal existente. Todo esto no hace otra cosa que acentuar el déficit hídrico.
Por todo esto, es indispensable tomar conciencia cada vez que abrimos la canilla, y utilizar únicamente lo estrictamente necesario.
Algunas recomendaciones
Al ducharnos: mientras se espera que caliente el agua colocar un balde para recoger el agua que podrá ser utilizada luego para riego o limpieza. Durante el proceso del duchado cerrar la canilla en los momentos de enjabonarse y lavarse el cabello.
Al lavarnos las manos: abrir la canilla únicamente para mojarse y luego al enjuagarse.
En las canillas: colocar limitadores de caudal. Con el ahorro de agua en poco tiempo se amortiza su precio, pero principalmente consumimos menos agua.
En el Lavado de platos: colocar el tapón en la bacha y utilizar agua limpia solo para el enjuagado final.
Mochilas de inodoros: Muchas veces la cantidad de agua vertida es excesiva. Puede regularse el flotador para ahorrar en el llenado de la mochila o bien colocar botellas plásticas llenas de agua para minimizar el volumen de agua entrante.
Plantas: optar por plantas autóctonas. Personalmente me parecen mucho más bellas que las exóticas. Usar plantas nativas representa un gran ahorro en riego ya que viven naturalmente en las condiciones ambientales del lugar.
Lavarropas: Lavar solo cuando el lavarropas se encuentre completo. Optar por el sistema de “media carga” o “lavado ECO” cuando sea posible. Las aguas grises pueden utilizarse para riego.
En las canillas: colocar limitadores de caudal. Con el ahorro de agua en poco tiempo se amortiza su precio, pero principalmente consumimos menos agua.
En el Lavado de platos: colocar el tapón en la bacha y utilizar agua limpia solo para el enjuagado final.
Mochilas de inodoros: Muchas veces la cantidad de agua vertida es excesiva. Puede regularse el flotador para ahorrar en el llenado de la mochila o bien colocar botellas plásticas llenas de agua para minimizar el volumen de agua entrante.
Plantas: optar por plantas autóctonas. Personalmente me parecen mucho más bellas que las exóticas. Usar plantas nativas representa un gran ahorro en riego ya que viven naturalmente en las condiciones ambientales del lugar.
Lavarropas: Lavar solo cuando el lavarropas se encuentre completo. Optar por el sistema de “media carga” o “lavado ECO” cuando sea posible. Las aguas grises pueden utilizarse para riego.
Pablo Gris
Director de Ambiente
Municipalidad de Río Ceballos